Muchos detergentes convencionales contienen químicos capaces de alterar el equilibrio hormonal de tu cuerpo.
Estas sustancias pueden imitar, bloquear o desajustar la acción de tus hormonas, incluso en cantidades diminutas.
Y es que el sistema hormonal es extremadamente sensible: trabaja con dosis muy pequeñas y en momentos exactos.
El impacto puede ser especialmente relevante si padeces problemas de tiroides, infertilidad, síndrome de ovario poliquístico, alergias, endometriosis o dermatitis.
Por eso, elegir un detergente seguro no es solo una cuestión de limpieza… es una decisión de salud.