Preparación:
Antes de comenzar, encuentra un lugar tranquilo donde puedas llevar a cabo tu ceremonia sin ser interrumpido. Abre las ventanas para permitir que el aire fresco entre y las energías negativas salgan.
Encendido:
Enciende un manojo de salvia azul o blanca con una cerilla o un encendedor. Deja que las llamas ardan por un momento y luego sopla suavemente para que la salvia comience a humear. Asegúrate de tener un recipiente resistente al calor (como un cuenco de cerámica) debajo para atrapar las cenizas.
Intención:
Mientras la salvia humea, establece tu intención para el ritual. Puedes decir una oración o simplemente visualizar tus deseos de purificación y eliminación de energías negativas.
Caminata Ritual:
Comienza en la entrada de tu espacio y camina en dirección opuesta a las agujas del reloj alrededor de cada habitación. Lleva la salvia humeante contigo, permitiendo que el humo llegue a cada rincón y esquina. Visualiza cómo la energía negativa es disipada por el humo.
Foco en Zonas Específicas:
Concéntrate especialmente en áreas donde puedas sentir que la energía negativa está más concentrada, como esquinas oscuras o rincones olvidados.
Finalización:
Una vez que hayas completado tu recorrido, vuelve al punto de inicio y coloca suavemente la salvia ardiente en el recipiente para extinguir las llamas. Deja que el humo continúe emanando mientras finalizas tu ritual.
Agradecimiento:
Agradece a la salvia y al universo por la limpieza espiritual realizada. Si lo deseas, puedes terminar con una oración de gratitud o simplemente tomarte un momento para estar en paz y en silencio.
Recuerda que la clave de cualquier ceremonia es la intención y el respeto. La salvia azul es un regalo de la Tierra y se debe utilizar con gratitud y consciencia.
